San Pablo distingue entre "hablar lenguas" (discursar) y profetizar. Lo primero corresponde a los amantes de la opinión, lo segundo a los verdaderos filósofos o amantes de la Sabiduría. En este sentido dijo "Seguid el amor, no obstante, codiciad los dones espirituales; pero sobre todo profetizad"...."porque parcialmente conocemos y porque parcialmente profetizamos, pero cuando venga la perfección, la parte será anulada...Ahora vemos un espejo, en enigma; más entonces cara a cara"...Es como si hubiera dos etapas, primero la del espejo oscuro y despues la del conocimiento directo, el espejo claro o clarificado en el "lugar de la profecía"....No parece que se hable solo de una realidad intelectual producida por nuestra mente sino de una realidad objetiva fruto de una experiencia sensible. Tan simple como una receta de cocina en la que primero hay una teoría que nos prepara para práctica.
En el espejo de electrum, Eneas admira las cosas que no conoce, pero que le alegran. Acepta la carga para la gloria de su posteridad. De manera parecida, el profeta Daniel conoce el destino de los reyes de Persia por medio de la visión de un hombre cuya faz brilla como un relámpago, los ojos parecen antorchas y los miembros tienen el aspecto de bronce pulido. En ese momento recibe la promesa para el mundo venidero. "Tu ve a tu fin y reposa, estarás de pie para recibir tu herencia al final de los días"
Volviendo a Eneas, la tormenta es el signo que le permite reconocer la promesa divina: "La Tierra y Juno (favorables a las nupcias) dan la señal: he aqui las bodas del cielo y la tierra; pero de una tierra filosófica y de un aire divino y celeste, en el secreto de una oscura gruta.
Y Virgilio fue elegido por Dante por ser el poeta del Arte Químico. En su poesía se esconde el misterio del Gran Arte. Valga como muestra el canto de Sileno en la cuarta bucólica...su despertar en el antro sombrío...