9 de agosto de 2009

El Amor desciende y nos eleva sin respuestas



(Dante sigue con Beatrice en el Paraiso)

"Volví a fijar mis ojos en el rostro
de mi dama, y mi espíritu con ellos,
de cualquier otro asunto retirado.

No se reía; mas «Si me riese
dijo te ocurriría como cuando
fue Semele en cenizas convertida:

pues mi belleza, que en los escalones
del eterno palacio más se acrece,
como has podido ver, cuanto más sube,

si no la templo, tanto brillaría
que tu fuerza mortal, a sus fulgores,
rama sería que el rayo desgaja.

luego dijo el amor que estaba dentro:
«Desciende sobre mí la luz divina,
en ésta en que me envientro penetrando,

la cual virtud, unida a mi intelecto,
tanto me eleva sobre mí, que veo
la suma esencia de la cual procede.

De allí viene esta dicha en la que ardo;
puesto que a mi visión, que es ya tan clara,
la claridad de la llama se añade.

Pero el alma en el cielo más radiante,
el serafín que más a Dios contempla,
no podrá responder a tu pregunta,

porque se oculta tanto en el abismo
del eterno decreto lo que quieres,
que al creado intelecto se le esconde..."

Con Beatrice en "Maritja"



El Paraiso de la Divina Comedia se representa como una inmensa Rosa en cuyo centro está Dios. Es en el Paraíso donde Dante encuentra a Beatrice (= cuyo nombre significa "la dadora de felicidad"). A traves de su mirada junto a sus palabras despierta el poeta. Transcribo la descripción que ella hace del Cielo cuando alli se encuentran:

"Las cosas todas ellas
guardan entre sí un orden, que es la forma
que a Dios el universo hace semejante.

Aquí las nobles criaturas ven la huella
del eterno valor, que es el fin
para el que fue hecha la indicada norma.

Al orden que yo digo se inclinan
todas las criaturas, de diversas formas,
más a su principio o menos vecinas;

por donde corren a diversos puertos
por el gran mar del ser, y cada una
con el instinto conductor que le fue dado.

Uno arrastra el fuego hacia la Luna;
otro el corazón mortal motora;
otra la tierra restringe en sí y aduna;

y no sólo a las criaturas que son
sin inteligencia este arco saeta,
mas a las que tienen intelecto y amor.

La providencia, que todo regula,
con su luz mantiene siempre quieto al cielo,
dentro del cual está el que gira con mayor presteza

y entonces a allí, como a lugar preciso,
conduce la virtud de aquella cuerda
que, lo que dispara, a feliz blanco endereza.

Verdad es que muchas veces la forma
no se ajusta a la intención del arte,
porque a responder la materia es sorda,

así a veces de este curso se aparta
la criatura que tiene el poder
de plegarse, aunque así ordenada, a otra parte,

y, tal como verse puede caer
fuego de nube, así el ímpetu primero
a tierra baja desviado por falso placer.

No debes pues admirarte, si bien estimo,
de tu subida, más que del río que
del alto monte desciende a bajo sitio.

Maravilla sería en ti, si, de impedimento
libre, abajo te quedaras quieto,
como si a tierra se adhiriera el fuego vivo..."


Dedicado de nuevo a la Espiral de Amor de "Maritja" y a la Buena Inspiración de la Artista que, inundada de amor, la concibió.