3 de agosto de 2009

Un poema mañanero


"Si por la oculta noche retenida
me pudiese llegar a tu lienzo y velarte
tan cándida y cercana y tan ausente,
acaso
la luz que se detiene en tu pecho y lo alza
alcanzara a decirme si duermes a la vida,
si vives en la muerte, si puedo estar contigo
Ofelia de tu légamo, Desdémona en tu almohada"
(M-V-Atencia. El libro de las aguas)


El primer caballero desenvaina sus enfiladas pleyades,
la chica rubia y la morena
ponen voz al firme desafío,
"El cultivado despierta a la vida
y muere a la muerte"
Él prefiere respetar la voluntad literaria de la señora Maria Victoria,
Prefiere mostrar la tragedia del amor romántico,
insistiendo en “la pequeñez del hombre”,
y en la mujer, que, dormida, nunca se sabe donde reposa.