Los hombres antiguos siempre vieron en la sexualidad femenina un claroscuro profundo y complejo, tanto que a Eva le precederá, en la imaginación popular, Lilith, la que fuera la primera mujer de Adán, cuyo nombre remite a "la noche", lailah.
Despues de Lailah vino Eva la volátil y después Una mujer Ave.