Contempla el Trono sobre cuyas aguas
va un Arca navegando con Sus Nombres
¡Qué prodigio de nave circular
(que circunda y al par circunnavega)
-cuya bodega el cargamento guarda
de la creación a ella confiado-,
de lo invisible, en las oscuras brumas,
océano surcando sin orillas!
Las olas de este mar son los estados
de los que están de amor por Él perdidos
y el soplo de Su viento son los hálitos
de nuevas que revela al allegado.
¡Si alcanzaras a ver cómo transita
secretamente por toda la creación
del alif a la ya de la escritura,
y cómo en este viaje de retorno
al puerto vuelve siempre de su origen
ya que final no tienen sus principios!
A su noche sucede la mañana
y su día se extingue con la tarde.
Contempla cómo la Sabiduría
se difunde en el centro de la Nave
y por todas partes se propaga.
Quien llega a valorar esta labor
y de verdad su cometido ama,
sentado permanece en este mundo
junto al timón del eje que la orienta,
y así en su propio Ser contempla el Arca
y ve en su formación la obra de Dios.
Ibn Arabi