7 de agosto de 2009

El vencido ve

Freud, como todo intelectual, investigo las fuentes de la sabiduria que ahondan en el ser humano. Su obra esta empapada de mitología (= antigua religión) egipcia, griega y de sufismo. Seguramente estas fuentes son las que provocaron que sus teorias tuvieran tanta fuerza pero a mi modo de ver hubo manipulación deshonesta porque en ningun momento nombra esas fuentes y mucho menos a Dios, Fuente de esas fuentes. Es una desgracia el esquematismo que hizo de Edipo, y que anula el misterio que encierra la fábula.
Edipo no es más que alguien que quiere coronarse sin pasar por lo que debe pasar. Dejemos de culpabilizar a los padres y hagamonos responsables de nuestra propia existencia. A la excelsitud sólo se llega despues de pasar por ciertos lugares (=estadios humanos). Edipo aparece en su blandura de nube como aquel que está naciendo, que no ha acabado de nacer todavía y que en esa tesitura se ve forzado a actuar, a tener que elegir, a juzgar o ser juzgado...a soltar palabras ciegas que revolotean no se sabe donde, palabras en las que se muestra el vacío de una interioridad inmadura y tremendamente ambiciosa.

Lo que le ocurre a Edipo es lo que nos ocurre a todos los nacidos. Vivir "humanamente" es ir naciendo, es seguir naciendo mientras estemos aqui.
Y entonces ¿cuando podremos actuar? el apetito humano es voraz, la insatisfacción es tal que nos impulsa a querer hacer y hacer, y lo peor a querer ganar a toda costa. A mis 33 creo que elegir verdaderamente ("libre arbitrium") es un lujo que pocos tienen, y que más que con el estado de nuestra cuenta bancaria tiene que ver con la libertad interior, con quien se para a escuchar, suavemente...en una actitud pasiva para que el misterioso lazo de la vida lo coja de la mano en estado naciente.

Edipo nos invita a adoptar esta actitud de escucha, de observación discreta y silenciosa con lo que nos rodea. A permanecer flexibles a los cambios. A mirar la belleza de una rosa y respirar serenamente a pesar de las desventuras, ya que, poco podemos hacer para remediar lo que venga y quizas entonces estemos preparados para actuar. Cuando nos quedemos sólo con las palabras que nazcan de un corazón limpio de secretos, y turbado por la pobreza de espíritu...

Estas palabras de Federico García Lorca sn tan emocionantes como la belleza de la rosa viva:

"Será preciso viajar por los ojos de los idiotas,
campos libres donde silban mansas cobras deslumbradas,
paisajes llenos de sepulcros que producen fresquísimas manzanas"