29 de octubre de 2008




Hasta el corazón más triste debe entregarse a su condición,
terrenal e insignificante.
Debe Humillarse confiando en que el temor que le embarga
precede a la Risa.
Entregarse al placer
de la madre que se olvida de si misma al ver al hijo
que tanto le costó dar a Luz.
Como el Artista
se entrega insomne a su obra

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