"Comienza, ¡oh parvulillo!, por la sonrisa a conocer a tu madre:
por diez meses un largo fastidio acompañó a tu madre.
Comienza, ¡oh parvulillo! A quien no sonríen sus padres,
no se le digna la mesa del dios ni el lecho de la diosa."
Virgilio
Un Buen encuentro es el vértice que funde al Escritor con el Lector bajo una luz. Luz viva porque emana de la fuerza que engendra la Palabra: Cuando la Noche es clara toda la Tierra aprovecha su Luz.
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