Es Chazuta, en el amazonas peruano. Nuestro hotel estaba a la orilla de un rio, escoltado por cocoteros y pavos reales. Al amanecer nos encontramos con una ciudad de niños y casitas azules. Niños que sonreían felices camino a la escuela. Decidimos asistir a una de las clases, donde se enseñaba de la dignidad humana y de la importancia del autoconocimiento...en ese momento me parecía ser testigo del verdadero ecumenismo como "ciencia" que se hace desde la raíz y no desde las ramas como se intenta en ciertos colegios. En el templo de Atenea estaba escrito conócete a ti mismo, conocerás el universo y a Dios. Ese Dios encerrado en nosotros mismos que se va a revelar. Como si el mundo fuera una gran biblioteca y nosotros libros cerrados que se irán abriendo hasta que nos leamos un día...
4 de abril de 2009
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