18 de agosto de 2009
La Alegría nace del Cultivo
Sabor, saber y sabiduría tienen la misma raíz. Así que un alimento sabroso será un alimento cultivado con sabiduría (=sal) y cuyo resultado será la dulzura que nace de la colaboración del hombre con la naturaleza que le rodea y le inspira.
El fruto del arbol silvestre es amargo porque la dulzura sólo nace del Cultivo.
La excelencia del Cultivo desemboca en la excelencia del Sabor del alimento.
Este sabor representa el triunfo de la unión entre el esfuerzo (sólo con amor) del hombre y la sabiduría de la naturaleza.
Como muestra valdría un olivo (arbol frutal) frente a un acebuche (arbol silvestre),
e hilando aún más fino valdría un olivo bien cuidado (regado con agua de lluvia y bien alimentado y podado) frente a un olivo cuidado de cualquier modo y desordenadamente (o sea sin amor). Este último no dará un aceite tan amargo como el de la acebuchina pero seguirá dando un aceite de sabor amargo.
El Olivo lo da la Naturaleza y el Buen Aceite el Artista o Maestro.
Sólo del Buen Cultivo nace el Aceite Excelente.
Y sólo de la excelencia nace la Alegría
De la alegría del sabor dulce del Aceite
nacen la fuerza y las ganas (=Libertad) de cultivar
para volver a tener aceite rico el próximo año.
Hemos cerrado el círculo por donde empezamos,
por el Cultivo con amor, que es el único efectivo.
Hemos empezado y acabado por el trabajo y cuidados del hombre
ejercidos con amor y siempre desde la libertad.
La tarea que se emprende de cualquier modo desemboca siempre en un sabor amargo, en un saber nulo porque no se ha tocado en lo cierto (en la propia verdad).
El Amor es pura libertad,
y la libertad tiene un sabor dulce.
El amor, el cultivo y el arte no son "ciencias" especulativas ni se pueden aprender en libros. Al igual que la filosofía, son "ciencias" vivas que nacen de la observación atenta de la Sabia naturaleza (de la natural perfección del cosmos) con la finalidad de ponerla en práctica en nuestra propia existencia y con los instrumentos que naturalmente nos ha dado la vida y que ya estan en nuetro camino diario. Si queremos crear tendremos que imitar sin descanso al "Creador por Excelencia" y su Obra Maestra.
Lo nuestro serán simples y repetidos ejercicios humanos que naturalmente irán alcanzando el virtuosismo por la pura imitación de lo grande y perfecto siempre que descansen en la una mirada desnuda, sin mayor interes que entrar en nuestro ser y de él extraer el máximo sabor o saber: El arte por el Arte. Desentendiendonos del resultado, o sea, independientemente de que lo alcancemos o no, debemos tender a ello. Como la flor tiende libremente hacia el Sol para vivir, nosotros debemos entregarnos al Arte y al cultivo (trabajo con amor) si queremos saborear la dulzura y dejar un rastro dulce para los que vengan mañana.
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