Todos los días son buenos para volver a ser una niña y ver el mundo como lo que Es, un Universo Viviente en nuestro corazón.
Gracias Muhammad por este precioso nombre: Amina.
Gracias Salma por abrirme la puerta que confirmaba mi Fe y lo que hasta entonces había sido una oración secreta. Nunca olvidaré aquella noche, día uno de diciembre, pues ya vive eternamente en mi.
Gracias a Dios porque Allah es Uno, Omnicompasivo y Misericordioso, y porque cuando se mira en vosotros solloza de júbilo y os riega con su Fuerza, Grandeza, Amor, Paciencia, Firmeza, Dulzura, Consistencia y Generosidad.
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