19 de enero de 2012


Todo lo que pidamos a Dios con la dulzura y con la violencia del amor nos será concedido ya que es la llave que abre y que cierra el tesoro misterioso de la vida. Cuando lo hayamos presentido en el corazón nada nos lo hará olvidar y cuando lo hayamos saboreado en nuestro cuerpo ya nada nos podrá separar ya que estaremos en él en espíritu y él en nosotros en acto. Nuestra razón es el muro que nos hace dudar del cielo, el amor es la certeza que une y que nos saca del exilio...

No hay comentarios: