23 de junio de 2009

Himmel auf Erden


¡Oh, calles sevillanas
dormidas y desiertas,
para el amor preciosas
y en el misterio envueltas;
balcones encantados
en que las flores cuelgan
curiosas del palique
de las vecinas rejas;
tejados verdinegros;
floridas azoteas;
esbeltos miradores;
ingrávidas veletas;
retablos y hornacinas;
zaguanes y cancelas;
acogedores patios
de sombra dulce y fresca;
compases y jardines;
naranjos y palmeras;
templos, murallas, torres,
huertos, corrales, ventas;
cuanto en Sevilla ha sido,
cuanto en Sevilla queda
tenéis el alto orgullo
de que os miró el poeta!
...
(S y J Alvarez Quintero)

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